lunes, 28 de marzo de 2011

Crisis en los bomberos: voluntarios sin trajes contra fuego


Los héroes de rojo se ven obligados a compartir equipos de protección personal. El 75% de los vehículos del CGBVP se encuentra en mal estado.
Son los primeros en socorrer al prójimo en accidentes de tránsito, incendios y otros tipos de desastres, aunque llevan décadas soportando una silenciosa debacle interior. No es falta de vocación lo que amenaza a los bomberos, sino la escasez de recursos, debido a que más de la mitad de su presupuesto anual se escurre, como agua entre los dedos, en reparaciones mecánicas y combustible para 815 vehículos, de los cuales 635 (75%) no funcionan como es debido.

“Hay autobombas [cisternas que permiten lanzar chorros de agua a presión] que dan 8 km por galón de combustible, y otras que apenas llegan a los 30 km por hora. Y eso si es que arrancan, porque hablamos de unidades que en promedio tienen 30 años de antigüedad”, reveló Antonio Zavala, comandante general de los bomberos.

Según Zavala, las limitaciones mecánicas de la flota consumen el 75% del presupuesto de S/.53 millones al año que les entrega el Ministerio de Economía. Solo en combustible, los hombres de rojo gastan S/.25 millones anuales para abastecer los vehículos que aún están operativos, mientras que otros S/.14 millones se van en reparaciones, a veces infructuosas, de las demás máquinas.

“De las 8 unidades que tenemos, 5 están paralizadas hace meses por falta de frenos, cardanes o muelles. Así, si hay dos emergencias al mismo tiempo, solo llegaríamos a una”, se lamentó Juan Malpartida, teniente de la compañía Magdalena 36 (Pueblo Libre).

Dicha unidad, junto con la de San Isidro 100, donde tres de sus cinco vehículos –entre ellos una snorkel (brazo hidráulico)– tampoco funcionan, es una de las más ajetreadas de Lima. Aunque parezca increíble, estas también son las mejor equipadas del país, ya que a las 189 restantes (60 en la capital y 129 en provincias) no solo les faltan unidades móviles en buenas condiciones, sino además uniformes, equipos de protección personal (EPP) para incendios, e incluso de un local propio. Este problema es especialmente crítico para las compañías Punta Negra y Chaclacayo 115, sobre las que pesan amenazas de desalojo desde el 2000.

Esta situación se da a pesar de que la Presidencia del Consejo de Ministros, sector al que pertenecen los bomberos, dejó sin ejecutar el 8% de su presupuesto del 2010.

SIN PROTECCIÓN ADECUADA
La falta de EPP dificulta la capacidad de respuesta de los bomberos y pone en riesgo sus vidas. Estas vestimentas, con tres capas de revestimiento especial contra el fuego, que incluyen botas, guantes y capotín [gorro que cubre las orejas y el cuello], cuestan entre US$4.000 y US$5.000, por lo que suele haber solo cinco en las compañías de Lima, y tres en las de provincias para todo el personal.

“Compartimos lo que hay, pero si el incendio lo exige, entras con el uniforme, que no protege nada, y el capotín. Es un riesgo, pero lo haces porque tratas de salvar vidas”, dijo el bombero José Piedra (32), quien trabaja en España, pero pasa sus vacaciones en la compañía San Isidro 100. “Si la gente supiera cómo trabajamos, tal vez las cosas cambiasen. ¡Hasta nos abrirían paso en el tráfico!”, dijo Piedra, con nueve años como bombero.

Fuente: ElComercio.pe

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